CCCC ayuda a alcanzar el sueño mejorando la educación

La autopista Norte-Sur en Montenegro: un camino que ofrece calidez
“Llevo más de 10 años viviendo aquí y la imagen de la iglesia con acceso al agua solo aparecía en mis sueños, pero hoy puedo verla con mis propios ojos. Ingenieros chinos, sois geniales”, dijo una monja, con lágrimas en los ojos, mostrando su agradecimiento al equipo de CCCC del proyecto de la Autopista Norte-Sur en Montenegro.
El pueblo es un paisaje kárstico sin apenas fuentes de agua superficiales, y los residentes locales  recogen agua de lluvia con tanques de almacenamiento para resolver el problema del agua potable. Las necesidades de agua para uso diario y agua potable a menudo no se cumplen.
El equipo del proyecto exploró activamente el lugar en busca de fuentes de agua, con la esperanza de encontrar una solución que satisficiera el proyecto y también resolviera el problema del agua potable para la población local.
Cuando las opciones de bombear agua del río Moracha y perforar un pozo no funcionaron, el equipo no se desanimó. El arduo trabajo valió la pena. Finalmente, el equipo encontró una fuente de agua con buena calidad en un túnel situado junto a una estación de tren a 18 km del campamento principal. Tras la aprobación, el equipo del proyecto completó el tendido de 18 km de tuberías de agua en un mes para llevar agua al campamento principal y al pueblo.
El día que se abrieron las compuertas, los aldeanos pudieron beber agua limpia y mostraron su gratitud al equipo de la CCCC con sonrisas y un gesto con el dedo pulgar hacia arriba.
Los trabajadores de CCCC no solo tuvieron en cuenta las fuentes de agua, sino que también contribuyeron a la educación local. En junio de 2016, el equipo del proyecto recibió una carta de petición de ayuda de una escuela primaria para construir un edificio escolar.
Una escuela primaria cercana, construida en 1963, quedó devastada por la guerra y había caído en el abandono tras un largo periodo de falta de mantenimiento. Como el número de alumnos aumentaba gradualmente, la escuela no disponía de fondos suficientes después de varios esfuerzos, por lo que la escuela envió una carta de petición de ayuda.
Después de recibir la carta, el equipo del proyecto decidió ayudar a reparar la escuela, los técnicos guiaron a los trabajadores y en poco más de 10 días terminaron todos los trabajos de construcción y pintura.
Al ver el nuevo aspecto del edificio, el director Danka no podía ocultar su alegría y no paraba de hablar sobre los planes futuros para el uso de dichas aulas al personal de construcción e inspección: “La escuela va a dedicar un aula como sala de exposición cultural y también llevará a cabo actividades periódicas como el Rincón de China para que más alumnos conozcan la cultura china.”